*¡Manglares de San Carlos en peligro!, millonario proyecto inmobiliario pretende destruirlos*

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Fotos y texto: Armando Acevedo Fossatti

La noticia de un proyecto de desarrollo turístico inmobiliario frente al mar, tiene en alerta a los residentes del Distrito de San Carlos, ya que la construcción se pretende realizar sobre una zona de manglares o humedales.

Para tales fines, se contempla rellenar  la playa conocida como “Puerto Escondido”, hogar de bosques de mangle y un sin número de ecosistemas, informó Nectarina Pinto, dirigente de la Sociedad Civil de San Carlos.

Pinto manifiesta, que estos humedales son de vital importancia para la preservación de la flora y fauna San Carleña, así como para la sostenibilidad de la pesca en estas aguas; haciendo énfasis en que una de las actividades económicas más importantes del poblado es la pesca artesanal.

Además, indicó que los miembros de este colectivo no se oponen al desarrollo turístico, todo lo contrario, procuran estimularlo, siempre y cuando no afecte a los residentes, ni al medio ambiente.

*La opinión de la máxima autoridad del Distrito*

Sobre este tema consultamos a María Elena Sánchez, Alcaldesa del Distrito de San Carlos, quien manifestó que la protección del medio ambiente, ha sido y será, una de las prioridades de su gestión, prueba de ello es que actualmente se cuenta en la Alcaldía de San Carlos,  con una Unidad de Ambiente para tratar estos temas.

Sin embargo, en este caso específico, la Alcaldía sólo puede ser garante de los correctos procedimientos administrativos, pues la competencia de este tema recae sobre el Ministerio del Ambiente, indicó la funcionaria.

*El potencial de desarrollo Eco-Turístico en San Carlos*

Desde hace años, se viene desarrollando, en todo el mundo, una nueva modalidad de turismo ecológico, cuyo atractivo es el avistamiento de diversas especies de flora y fauna, lo cual ha sido explotado exitosamente por países vecinos como Costa Rica.

Gracias al incentivo gubernamental de este tipo de turismo, en el pasado año 2022, ese país recibio 2.3 millones de turistas, según el Instituto Costarricence de Turismo, siendo uno de los principales destinos, en todo el globo, de personas que buscan experiencias de este tipo.

Según Francisco Bech, Fotógrafo de Vida Silvestre y promotor de Eco-Turísmo, San Carlos posee un gran potencial para convertirse en un Centro de Observación de Aves Marinas.

“Se pueden traer muchos europeos,  conozco muchos alemanes que vendrían aquí a San Carlos a observar las aves”, indicó el fotógrafo.

*La parte legal*

Según el artículo 120 de la Constitución Política de la República de Panamá, “el Estado reglamentará, fiscalizará y aplicará oportunamente las medidas necesarias para garantizar que la utilización de bosques, tierras y aguas, se lleven a cabo racionalmente de manera que se evite su depredación….”

Según se nos informó, por parte de los moradores y otras fuentes, al proyecto de la discordia se le realizó hace años un estudio de impacto ambiental categoría 1, el cual fue censurado por la Corte Suprema de Justicia,  pues ese colegiado estimó que una afectación ecológica de esa ebergadura, requería un estudio más exhaustivo.

Por ello, hace pocos días funcionarios del Ministerio del Ambiente, realizaron una nueva inspección, en presencia del propietario del terreno, Sr. Gabriel Diez; colaboradores de la Alcaldía de San Carlos; y un grupo de residentes y  miembros de la sociedad civil.

La inversión privada es imprescindible para el desarrollo del turismo, en cualquier país. Por años hemos observado como se utiliza ese pretexto para la apropiación indebida del acceso al mar, con la finalidad de construir torres de apartamentos exclusivos, con marinas para yates de lujo y hasta helipuertos.

Muchas veces sin importar el respeto por el medio ambiente, de esta forma se impide que nacionales y extranjeros puedan disfrutar de este recurso que es de todos, lo cual perjudica gravamente al verdadero turismo, pues convierten a comunidades como San Carlos, que tienen potencial turístico, en clubes sociales para millonarios.