Editorial

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La crisis migratoria

La provincia de Darién rica por su densa selva, ha vuelto a cobrar casi el mismo interés que en siglos pasados tenía para los expedicionarios españoles que atravesaban nuestro Istmo con el fin de conectarse con la otra parte del mundo.

Hoy en día y con igual fin, gente de diversas nacionalidades, utilizan esta misma ruta conocida cómo Camino de Cruces en el pasado para llegar a los Estados Unidos. Los oleajes de personas avanzan por cientos y miles lo que ha generado en una crisis que involucra a casi todo el continente, pero; Panamá ha quedado prácticamente sola en el problema pues aquí no sólo los recibimos, sino que también les brindamos hospedaje temporal con alimentación y atención médica.

Esto sin duda nos coloca cómo los congos de América con unas autoridades tipo yes men que no hace otra cosa, solo ceder a las cuasi órdenes que nos dan los que siempre nos han utilizado cómo su patio trasero o cómo su lugar de desperdicio.

Nos preguntamos cuando llegará el momento en que tengamos un gobierno valiente y decidido a pararse firme y decir basta ya, a Panamá lo van a respetar y dispensarle el trato que cómo país nos merecemos. Necesitamos de un presidente del calibre de Belisario Porras o un Nino Chiari que tuvo el coraje de romper relaciones diplomáticas con los Estados Unidos tras los hechos del 9 de enero de 1964.

Hay que hacerle entender al resto del mundo que somos una nación en igualdad con el resto de la comunidad internacional y que ya está bueno que nos miren la cara de tontos, que sí cooperamos con la solución de los problemas, eso no significa que nos deben pagar con espejitos.

Nuestra verdad sin importar a quien le duela.